lunes, 8 de julio de 2013

Cuando huyen los pájaros




Un opresivo silencio se había adueñado de todo el lugar y él extrañó los sonidos naturales de la noche. La lluvia había dado una pausa y dejó detrás de sí el ambiente fresco y melancólico; un ligero estremecimiento lo recorrió por completo dejándole una sensación de mal presagio, pero su instinto se   encontraba adormecido por el cansancio de un día de trabajo arduo, y sin tomar en cuenta el desasosiego de su alma entró a la casa para descansar.
Pasadas algunas horas un fuerte crujido lo despertó. En estado de alerta y ya de pie en la habitación intentó encontrar la causa de que a mitad de la noche, se escuchara la inusual algarabía  de cientos de pájaros en pleno vuelo, y fue cuando la tormenta desató su furia golpeando con fuerza, sacudiendo todo. Tiempo después, volaba como antes los pájaros. La casa con él adentro, caía entre avalanchas de lodo, ramas rotas y troncos de árboles.


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